Ya estaba muy excitada para ese momento. En lo único que pensaba era en que me lo metiera.
Me había bajado la blusa y ya no traía mi tanga. Le quité el pantalón y comencé a mamársela. Me gusta mucho sentir su pene en mi boca y el olor que se produce mientras lo hacemos.
Me subí a la cama boca arriba, levanté mi falda y abrí las piernas, no había que decir mucho, ya lo quería adentro. Comenzó a cogerme y yo dejé que siguiera, después le pregunté si quería que me subiera; me dijo que sí.
Me subí en él y estuve cogiéndolo, viniéndome todas las veces que pude. Nuestra imagen se reflajaba en el espejo del techo de la habitación.
Me excité mucho, una vez que yo ya estaba satisfecha, lo hice venir con los movimientos de mi vagina, apretando y soltando, hasta que ya no pudiera aguantar más.
Cogí rico….
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